En Educatio Servanda pensamos que esta es una obra de Dios. Las personas que la componen jamás hubieran conseguido los frutos alcanzados en tan poco tiempo de existencia, con mínimos medios materiales. Ello no obstante, no ignoramos que el Señor se sirve de las personas como instrumentos para la consecución de sus fines; y que son éstas las que, con su trabajo de cada día y con la ayuda del Espíritu Santo, emblema de Educatio Servanda, contribuyen a que el proyecto siga creciendo y dando frutos materiales y espirituales.
Actualmente, más de 350 personas «arriman el hombro» y ponen sus talentos a disposición de Educatio Servanda. A todas y cada una de ellas las queremos como lo que son: un tesoro único y de incalculable valor. De todas y cada una de ellas nos sentimos profundamente orgullos. Gracias a su presencia creemos estar poniendo nuestro pequeño granito de arena para edificar un mundo mejor, para construir la civilización del amor. ¡Que Dios les bendiga por ello!