El lema: Modelando nuestro corazón

4. ESPECIAL Consagración en el Sagrado corazón de Jesús

Educatio Servanda es plenamente consciente de que toda y cada una de sus obras, también ella misma, son obras del Señor. Sin su presencia, sin su amor infinito, este aniversario no tendría lugar. Nos sentimos abrazados por Cristo y deseamos seguir acercando nuestro corazón a ese Corazón que desde su primer día de vida, hace ahora diez años, no ha dejado de latir por nosotros.

Debemos tener presente, lo señalábamos en otro punto, que la Fundación se asemeja a un niño de diez años que va de la mano de su padre y al que le queda mucho por aprender todavía. Su corazón es ardiente, cierto. Pero también joven. Y por joven aún adolece. Ello no obstante, quiere corresponder a ese abrazo que Jesús brinda a todos los hombres y desea que su corazón siga acercándose al de Jesús hasta conformarse con Él. Ello explica el lema elegido para este décimo aniversario: modelando nuestro corazón

Entre las diversas acepciones que del verbo modelar figuran en su diccionario, la Real Academia de la Lengua Española informa que modelar significa configurar o conformar algo no material, pero también ajustarse a un modelo. Ambas son válidas ya que deseamos que nuestro corazón se configure y se conforme, pero ajustándose a un modelo muy concreto. y ese modelo, tal y como ya hemos señalado, no es otro que el Corazón de Jesús.

Ahora bien, llamaría a engaño pensar que, en un alarde de voluntarismo, por el solo hecho de quererlo, nuestro corazón sea susceptible de ser modelado por nosotros mismos. Nada más lejos. No puede el hombre por voluntad propia ajustar su corazón al de Cristo sin la acción del Espíritu Santo. Es éste quien lo hace posible, quien opera para que nuestra interioridad se vaya integrando en el Sagrado Corazón, y para que la interioridad abierta de Jesús vaya penetrando en nosotros. Comprendemos, por tanto, que es el Espíritu Santo quien va “modelando nuestro corazón” Él es, por tanto el sujeto del lema del X aniversario. Pero comprendemos también que esa penetración en Cristo que ha de transformarnos el corazón se produce de manera gradual y progresiva, lo que explica el gerundio del lema: “modelando”.

Sin embargo, ¿ello quiere decir que esta conversión del corazón tenga lugar de manera mágica y milagrosa?¿que hayamos de esperar a que el Espíritu Santo nos lo dé todo hecho? En absoluto. Si bien los efectos de esa progresiva unificación con Cristo es producto de la acción del Espíritu Santo que el Corazón de Cristo continuamente nos da, esto no implica que se trate de una acción exclusiva de Aquel sin que haya de mediar colaboración alguna por nuestra parte. Antes bien, nosotros hemos de alzar nuestra mirada contemplativa al Corazón del redentor del hombre. A ello nos incita el Espíritu Santo, el cual una vez hemos puesto nuestra mirada en el Corazón de Cristo, va modelando en nosotros Su Corazón.

Es en definitiva ese mirar contemplativo que, como vemos no arranca del hombre, pero lo necesita,  el que posibilita que el Espíritu Santo vaya formando en el hombre el Corazón de Cristo, dictando y estructurando la respuesta plena al Padre y haciendo del corazón del hombre un reflejo del corazón de Dios

El Espíritu Santo nos ha incitado a contemplar el Corazón de Jesús, nos ha invitado a penetrar en Él. Y aun cuando esa penetración ha de ser necesariamente lenta, nuestro corazón solo puede ser modelado en la interioridad del Corazón de Jesús. Es esta la razón por la que el lema, que representa el corazón humano figure en el interior del logo, a través del que se halla representado el Corazón de Jesús, simbolizando esa unidad de corazones que da lugar a la conversión del corazón.

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