Entre los días 18 y 20 de noviembre, bajo el lema «Proponemos la fe, transmitimos un legado», se celebró en el CEU el XXIV Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la ACdP y la Fundación San Pablo CEU. En base a este contexto, la Fundación Educatio Servanda recibió el encargo de organizar uno de los talleres del Congreso, el referido a la educación. El tema elegido fue «la escuela católica entre la innovación y la tradición». Hay que destacar el elevado número de asistentes al taller.
Cada uno de los cuatro ponentes de la Fundación -Fernando Rodamilans, el padre César Gallardo, Silvia Bendala y Alejandro Pollicino- realizaron un breve planteamiento general sobre las cuestiones que planteaba el tema: desde el concepto en sí de «tradición» hasta las particularidades que la innovación implica o debería implicar para la escuela católica.
En una segunda sesión, que contó ya con la participación del público asistente, se pusieron sobre la mesa cuestiones concretas sobre innovación educativa, desde los programas de bilingüismo hasta las herramientas más actuales englobadas dentro del paraguas de las metodologías activas: Aula Invertida, Mobile Learning, Gamificación, aprendizaje STEAM, etc. Bajo todas las propuestas de innovación subyace una misma duda, que tiene que ver con la finalidad de las mismas.
La escuela católica debe hacer frente además a una disyuntiva mucho más profunda, que tiene que ver con la concepción antropológica, con la transmisión de la fe y la Verdad. En un mundo perdido en el relativismo moral, la escuela católica debe enseñar que la Verdad existe. Que es un objetivo. Que no da igual cómo actuamos, como tampoco da igual lo que somos.
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