La actual crisis provocada por el COVID19, además del sangrante número de víctimas y el dolor que está provocando en decenas de miles de personas, amenaza con llevarse por delante buena parte de la economía española. Los colegios católicos no son ajenos a esta situación.
En medio de la constante lluvia de noticias que estamos recibiendo en estos días parece haber pasado desapercibido el hecho de que la enseñanza es una de las actividades más afectadas.
Una semana antes del decreto de alarma, ya estaban cerrados todos los centros educativos de la Comunidad de Madrid, y luego se sumaron todos los demás.
En los últimos días constatamos con estupor que han aparecido informaciones interesadas “sugiriendo” a las familias que no colaboren económicamente con las escuelas concertadas por estar sus edificios cerrados.
Es evidente que algunos no desaprovechan ni las más dolorosas circunstancias para tratar de hundir a la escuela concertada, católica en su inmensa mayoría.
Pero, como siempre recordaba nuestro patrón San Juan Pablo II, y reza nuestro lema, la relación entre la Verdad y la libertad es directa.
Pues bien, esta es la verdad sobre la financiación de la escuela concertada.
- Coste alumno/año en la escuela estatal: 6.000 €
- Coste alumno/año en la escuela concertada: 3.000 €
La cuenta es sencilla, sólo en la Comunidad de Madrid, con 360.000 alumnos en la enseñanza concertada, se ahorra 1.080.000.000 millones de euros al año. Si a esta cifra le sumamos la cantidad destinada a la construcción de los centros, que asume íntegramente la entidad social que los pone en marcha, sería mucho más.
Por ello, todas nuestras familias saben que la subvención educativa del concierto va directamente a:
- Profesores de etapas concertadas.
- Parte del pago de los gastos ordinarios del centro.
Las familias de Educatio Servanda, con sus aportaciones voluntarias, cubren generosamente la infrafinanciación de la escuela concertada.
Ellas pagan:
- Parte del gasto ordinario que no cubre la subvención.
- Personal de administración y servicios (secretarias, limpiadores, conserjes, enfermeras…) .
- Créditos millonarios para la construcción o arrendamientos (según el caso) de los edificios.
- Mantenimiento de los inmuebles y actualización de sus instalaciones.
- Gastos extraordinarios, por ejemplo, las licencias de plataformas on line que hemos tenido que adquirir para seguir dando clases durante la crisis del COVID19
Sin estas aportaciones voluntarias la escuela concertada desaparecería.
Entonces nos preguntamos ¿Por qué algunos tienen tanto interés en que las familias dejen de ayudar a los centros estos meses?
Desde la Fundación Educatio Servanda agradecemos a nuestras familias que se están comportando de manera ejemplar.
Ellas sí conocen la verdad y por eso, eligiendo nuestros centros, hacen sus aportaciones libre y responsablemente.
Gracias a ellos, y a un buen número de donantes que nos ayudan económicamente, podemos hacer este trabajo.
Te invito a hojear la memoria de actividades del año 2019.
Esto es lo que quieren que desaparezca.
Andrés Escudero Jiménez
Posted at 13:41h, 15 abrilEstáis haciendo una labor encomiable fantástica,educativa en valores, que este gobierno no lo estima ni valora, seguir así que Dios os lo pagará, mucho ánimo y un fuerte abrazo